Puebla ha sido el lugar en donde decidí arraigarme, ni siquiera tenía esa intención cuando llegué aquí, tampoco sabía que necesitaba un lugar para dejar de irme como lo tuvo que hacer mi abuelo y mi papá: desligarme de la herencia del exilio y aprender a quedarme. Ahora ya podría decidir mudarme de ciudad, de país, pero por ahora quiero a esta ciudad y a este país. He vivido en el centro casi por 15 años y mis memorias cotidianas están construidas aquí, tengo tantas como días enteros. Etapas, amores y amigos, trabajos, derrotas y alegrías. ¿Cómo discernir entre una historia y otra?
Yara Almoina
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