Estaba sentada en una banca cerca de la fuente del zócalo un martes por la mañana, de pronto un vagabundo se acercó a mi con el pretexto (tal vez) de pedirme un cigarro. En un instante estaba sentado junto a mí, platicando de lo hermosa que era la ciudad, sus historias y de lo que significaba para él estar allí, parece que era un filósofo mas coherente que aquellos que andan por allí...
De un momento a otro me dijo que se quería bañar y chas!! se metió a bañar a la fuente.
Desgraciadamente no pude terminar de platicar con él gracias a los "polis" que lo sacaron.
Irma Gamboa Chávez
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