Para mí el centro es el comienzo de muchas cosas, en él camine y disfruté las primeras expos, la casa de la cultura, el caminar y llegar al Sanborns para ver revistas de diseño, de arte y de tatuajes.
Cómo olvidar los lugares de playeras, siempre en la búsqueda de una playera caifán, y de muchas calaveras, en fin el centro siempre fue el lugar de origen.
En él siempre me he sentido como un turista, la eterna vacación. Pues aunque llevo años caminado por él, siempre existe esa sensación de estar en un lugar que no logras conocer al 100%, y en el cual se cruzan diferentes historias y personas y es aquí en donde empieza ni narración.
Recuerdo que fue en un miércoles, quedé de verme con mi novia justo afuera del Mc´Donalds para comer, y así fue. Compramos nuggets y mi big mac, acompañado con papas y refresco, justo nos acomodamos en una mesa en el segundo piso viendo hacia la catedral, observando entre los cristales biselados la fragmentación de las personas caminando hacia la fuente.
Y de repente mi novia, me dice: “como que ya no está funcionando esto” y como una bola de nieve se hizo el silencio que no quieres escuchar. Esas palabras fueron el prólogo de una muerte anunciada, que escena más POP, unos post adolescentes hablando del amor, y las ganas de hacer otras cosas, cerrar la puerta y sentirte mal por hacer sentir mal a la persona que besabas.
Terminamos de comer y simplemente dejamos la basura en el bote.
Me despedí de ella y me fui.
César López
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