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Puebla, Mexico
Reunimos historias escritas de la memoria de las almas que han pisado tierras poblanas. Si quieres compartir algún recuerdo por la ciudad de Puebla te invitamos a hacerlo al correo memoriadepuebla@gmail.com Dulce Jurado y María Eugenia Jiménez Melo autoras del proyecto

miércoles, 17 de noviembre de 2010

RECUERDOS DE MI (..¡UFF!..) INFANCIA



Nací en la ciudad de Puebla, allá por los años treintas, en el Barrio de La Luz, mi entrañable barrio donde transcurrí mi dorada infancia, alrededor de la Parroquia de La Luz, “a la vuelta” de los Baños del mismo nombre, cerca de “La Acocota”, La Barranca” y por supuesto de mi primera escuela la Primaria Juan Crisóstomo Bonilla. Mis recuerdos, ahora, se remontan a los años cuarentas, cuando yo frisaba cuando más 10 años de edad.  La máxima diversión de la chamacada era “La Feria” que cada año el día de La Señora de La Luz, para asombro de todos se instalaba en plena avenida 2 Oriente, frente a la Iglesia, trayendo los volantines, la Rueda de la Fortuna, los caballitos, la función de box con todo y ring. Una semana duraba la fiesta. Las líneas de camiones, que entonces atravesaban la ciudad, sobre la 2 Oriente, de Oriente a Poniente y viceversa (¡sí, en los dos sentidos!). De los Aviación-Panteón pusieron a circular el primer autobús de dos pisos (ninguna otra línea lo hizo después), que las familias usaban ya no tanto como medio de transporte sino como paseo por la ciudad. En “La Barranca”, enorme espacio a manera de hondonada y meseta, (sobre 3 Oriente, entre 8 y 14 Sur, sí cerca de Analco y el Puente de Ovando, nuestros padres nos llevaban a “empinar” papalotes, jugar fut y beis, llevando las viandas necesarias para pasar un excelente día de campo.
Mi padre, muy joven aún, frecuentaba los billares, a una calle de distancia de nuestra casa, lugar a donde yo llegaba  a espiar (junto con algunos amigos), por debajo de las puertas de persianas que había entonces, asombrados por el mundo lleno de humo de cigarro, olores extraños, sonidos estruendosos del chocar  de las bolas de marfil y, eso sí, el concierto de palabrotas que dominaba el ambiente. Claro, ahí fue donde enriquecimos nuestro florido léxico urbano…
Manuel Suárez Escobar

1 comentario:

  1. Qué bien por poder rescatar la historia de cada quien desde esta bella ciudad que te vió nacer. Y que hoy por hoy trasmitas tus recuerdos que nos llevarán a una memoria más cariñosa y congruente con la tradición familiar de querer a nuestra ciudad: Pueblita. Gracias papá

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